Una vecina debió acudir a la municipalidad por los ruidos molestos y violación del reglamento de construcción de una funcionaria

Se trata de una mujer que se encuentra acorralada por una situación conflictiva que sufre a partir del momento en que llegaron a una obra de la calle 39 entre San Clemente y Monte Hermoso, cuatro albañiles que se quedaron a vivir en la casa en construcción que se ubica a diez metros de su vivienda. Música a alto volumen durante el día y la noche y ruidos causados por máquinas y herramientas cuando aún no se podían realizar trabajos constructivos, hicieron que Nora la semana pasada debiera acudir a la policía y tomara pastillas para poder descansar, lo que causó susto y preocupación en sus conocidos que llamaron a la ambulancia para su asistencia. La vecina, una vez repuesta después de que colapsó, ingresó una nota reclamo dirigida a la Secretaría de Seguridad municipal, para que los responsables se hagan cargo de las irregularidades que la Directora de Educación Maribel Tatta, incurre en el lote de su propiedad.

La vecina Nora Zubarrian pasó momentos muy tensos a partir de la llegada la semana pasada de cuatro obreros a la obra en construcción que se construye a 10 metros de su casa sobre la calle 39 entre San Clemente y Monte Hermoso en Mar Azul.

La mujer requirió a este medio para hacer público los acontecimientos debido a que no logró llegar a un diálogo con los propietarios del lote, una de ellas la actual Directora de Educación de la Municipalidad de Villa Gesell, Maribel Tatta, con quien venía manteniendo una buena relación y hasta le dio la posibilidad de acceder a un crédito a su nombre en la Anses, para el avance de la obra.

La gota que rebalsó el vaso ocurrió la semana pasada cuando a la obra en construcción llegaron cuatro obreros y se instalaron en dicha estructura. «Se quedaron a vivir», le contó a este medio la mujer que reclama por su tranquilidad y la de su nieta.

«Ruidos insoportables a cualquier hora, en momentos prohibidos para trabajos con máquinas en la construcción y música a muy alto volumen de día y de noche», fueron las cosas que a Zubarrian la descolocaron y le afectaron su sensibilidad para poder descansar después del trabajo.

Ante estos acontecimientos y según lo que ella misma cuenta que fueron respuestas evasivas de la dueña del lote, Tatta, la mujer optó por tomar pastillas para poder dormir sin inconvenientes. Pero, la solución que encontró fue peor, ya que tomó más pastillas que no normal porque no podía conciliar el sueño y necesitaba estar tranquila, lo que alertó a conocidos y amigos que debieron dirigirse a su casa en la tarde del sábado debido a la ingestión de pastillas que había hecho.

No solo fueron a verla amigos, sino también hubo presencia policial para mediar en el conflicto vecinal y la ambulancia fue en dos oportunidades ante el alerta de la ingesta de pastillas, pero la mujer no quiso que la lleven al hospital ya que no lo creyó necesario.

«Yo vivo sola y también debo cuidar a mi nieta y no conozco a estos hombres que vienen de Buenos Aires y que entiendo que no deberían estar viviendo en la obra», mencionó la vecina, asustada y cansada de la nueva rutina a 10 metros de su casa y del destrato que su futura vecina está haciendo a sus pedidos.

«Voy contra los dueños», escribe en la nota ingresada en la municipalidad y en la que requiere: «esperando poder contar con ustedes y una solución».