Desde Mar Azul viajó a una experiencia de nado en Malvinas

Damián Gaita, habitante del pueblo, voló a las islas como integrante de un contingente que participó del desafío de cruzar a nado el Estrecho de San Carlos y otros espacios, liderado por el famoso nadador rosarino Claudio Plit. «El objetivo es Malvinizar, nadar en nuestro Mar Argentino, viajar para realizar deportes. Lo hicimos en todos los lugares que más pudimos y vivimos momentos muy emotivos», expresó orgulloso.

El grupo de 24 personas entre las cuales estuvo Damián Gaita, vecino y comerciante de Mar Azul, se compuso por representantes de Mar del Plata, Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca, La Plata y Trevelin.

Liderado por el nadador profesional oriundo de Santa Fe, Claudio Plit, que ya lleva varias experiencias de nado en aguas frías a sus espaldas, como ser el cruce del Canal de la Mancha y en la Antártida y es cuádruple campeón mundial de aguas abiertas, estuvo una semana en las Islas Malvinas nadando y recorriendo todos los rincones posibles.

«Al principio nadé con traje, con capucha, todo el equipo completo pero después con malla», contó Damián en una entrevista realizada por este medio en la emisión radial emitida en el aire de FM Atlántica 102.9.

Sobre la temperatura del agua, el farmaceútico contó que era de 6 a 9 grados, cosa que además se encrudecía por el clima externo que a veces era soleado pero otras, con llovizna, viento y hasta nieve.

A la pregunta sobre hasta donde se sumergían en el agua, Damián detalló: «Hasta 1.000 metros mas o menos nos hemos metido los más chapuceros, los menos profesionales. En algunos casos acompañados por lobitos de mar y toninas overas. No querías salir del agua».

Cuenta el representante de Villa Gesell que apenas salían del agua se metían inmediatamente en una combi para cambiarse rápidamente.

Sobre el gran desafío de cruzar el Estrecho San Carlos nadando, expresó que parte del grupo se separó para hacerlo, ya que fueron los profesionales del nado con experiencia en aguas abiertas y frías los que nadaron uniendo la Isla Gran Malvina hasta Soledad, en una distancia de aproximadamente 6 km. «Fue un día con un poco de oleaje pero salió todo bien. Muchos delfines alrededor, maravilloso», contó Damián.

«La semana se pasó bastante rápido. Uno quiere hacer muchas cosas con un clima adverso, pero hicimos trekking en los distintos montes donde se hicieron los combates. Recorrimos los espacios donde estuvieron nuestros héroes, las trincheras, cuevas de zorros, reviviendo un poco esa historia», confesó. Y agregó: «Fue muy emotivo, sobre todo porque tuvimos la suerte de estar acompañados por ex combatientes correntinos con los que conversamos mucho. Es muy duro encontrar cosas, como una manta en Monte London, vainas servidas, etc.».

El amante del mar que pisó por primera vez las Islas Malvinas, no dejó de mencionar la fuerte emocionalidad que les deparó el viaje. «Emocionalmente estábamos abajo y arriba todo el tiempo. Los isleños tratan de esquivarte. Uno sabe adonde va, que el conflicto siempre está y el reclamo está permanente y ellos saben que están en un lugar que no les corresponde y por eso se manejan así», aseguró.

Recomendó seguir Malvinizando con el mensaje de la Fundación No me olvides, que llevaron a la experiencia en una de las banderas que los acompañó, la otra por supuesto fue la bandera argentina que desplegaron cada vez que pudieron, como fue en el Cementerio de Darwin.

La Fundación No me olvides es una institución conformada por madres de caídos en la Guerra de Malvinas, veteranos de guerra y civiles que adhieren a la causa “Malvinas”.