La flota municipal copó la caravana patria organizada por Gustavo Barrera

La iniciativa popular planificada por el municipio, que invitó a la comunidad a salir rodando por la ciudad para celebrar el Día de la Independencia, tuvo un acatamiento importante por parte de la familia estatal. De esta manera, el 9 de julio y los colores celeste y blanco fueron flameados casi en exclusivo por empleados municipales de varios rangos. La maquinaria motorizada y humana que conforma el gobierno local hizo ruido, dio muchas vueltas y festejó; mientras que el común de la vecindad los vio al pasar y desde las pantallas de sus dispositivos.

Más que nunca, el intendente Gustavo Barrera y su equipo de gobierno, fueron los protagonistas de una celebración popular como lo es el Día de la Independencia. Desde el acto protocolar, pasando por la misa de Te Deum y por último en la denominada Caravana Patria, fueron los empleados y funcionarios municipales los que ocuparon el lugar de acompañantes en la celebración.

La caravana convocada para las 11 de la mañana en el sur de la ciudad tuvo en su fila a gran parte de los rodados municipales de todo tipo, palas, micros, grúa, ambulancias, camiones, móviles de seguridad y policiales, etc. llamaron la atención con sus bocinazos y el recorrido de varias vueltas por la ciudad, casi como en un desfile.

Autos particulares también pusieron primera, aunque la mayoría de ellos fueron ocupados por funcionarios de las más altas categorías con el intendente a la cabeza, empleados militantes y trabajadores responsables de conducir los diferentes automotores y maquinarias del erario público.

La demostración de que la caravana celeste y blanca tenía debajo el verde municipal quedó totalmente a la vista de todos y si bien la mayoría de los ciudadanos no participaron físicamente en ella, lo hicieron involuntariamente a partir de los ingresos que como contribuyentes generan para mover la infraestructura estatal.

Este 9 de julio en Villa Gesell, detrás del festejo por la libertad y la independencia, el alboroto armado para copar la escena, cosechó críticas y afianzó molestias, de quienes creen que en plena pandemia y con tantas necesidades descubiertas, la fiesta podía esperar épocas mejores para que la alegría fuera más completa.