Semana del Parto Respetado: en Argentina se realizan casi 3 veces más cesáreas de lo recomendado por la OMS

En los hospitales públicos el promedio de esta práctica es del 43,4% mientras la Organización Mundial de la Salud recomienda que no supere el 15% del total de nacimientos. Un especialista del Hospital de Clínicas de la UBA explicó por qué el diálogo entre médicos, pacientes es fundamental

La iniciativa fue impulsada por la Asociación Francesa por el Parto Respetado en 2004. Desde ese momento, distintos países adhirieron al proyecto con un objetivo en común: visibilizar cómo se llevan a cabo los partos globalmente y bregar por el respeto de los derechos relacionados con el nacimiento

La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió las primeras directrices globales para apoyar a las madres y sus bebés durante el período posnatal, que abarca hasta seis semanas después del parto. El objetivo de la agencia sanitaria es mejorar la supervivencia y el desarrollo saludable de los recién nacidos, así como promover la recuperación y el bienestar de las madres.

Las directrices abarcan más de 60 recomendaciones enfocadas en ofrecer una experiencia posnatal positiva para las familias, destacando la importancia de asesoramientos sobre la lactancia materna, el establecimiento de lazos afectivos y la promoción de comportamientos beneficiosos para el desarrollo a largo plazo del bebé.

En esta misma línea, en Argentina existe la Ley 25.929 de Parto Humanizado, que se ocupa de proteger la salud de la persona gestante y del bebé. Esta normativa destaca un cambio en la forma de atención, priorizando las necesidades del paciente basándose en dos pilares fundamentales: la escucha de sus deseos y la información sobre cada accionar médico.

Según esta normativa, es fundamental que se informe a las personas gestantes sobre las diversas opciones médicas disponibles, permitiéndoles tomar decisiones informadas entre las distintas alternativas; deben recibir un trato respetuoso, considerando sus necesidades individuales y específicas. Hay más: en el caso de partos naturales, es vital respetar los ritmos biológicos y psicológicos, evitar intervenciones invasivas y la administración de medicamentos no necesarios; es importante que se les comunique claramente las acciones que tomarán los profesionales de la salud, entre otras.

Sin embargo, en Argentina existe una intervención que enciende las alarmas de la máxima autoridad sanitaria: las cesáreas. Según las recomendaciones de la OMS, el porcentaje ideal de esta práctica debería ser de entre el 10% y el 15% de los nacimientos. Pero en el país la prevalencia de las cesáreas supera ampliamente este número.

Según indican los datos oficiales reportados por el Sistema Informático Perinatal (SIP) de 2022, la tasa de cesáreas en el sector público de Argentina alcanzó el 43,4%, con cifras aún más elevadas en ciertas provincias. Ese informe indicó que, por ejemplo, en Chaco fue de un 32,8%, del 56,8% en Catamarca y en la Ciudad de Buenos Aires del 44,8%. Por su parte, en el sector privado, algunas instituciones reportan tasas de hasta el 90%.

El doctor Darío Didia, Jefe de la División Obstetricia del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 69.333), destacó la importancia del aspecto humano del servicio de atención: “Cada etapa del embarazo y parto implica no sólo la relación entre médico y paciente, sino también el vínculo con su entorno, que es parte del proceso”.

Y agregó: “Es un evento familiar y sociocultural que conlleva la conducta de ambas partes. Por lo tanto, el médico no solamente debe resolver los problemas técnicos durante el ciclo de preparto, parto y postparto, sino además acompañar desde lo emocional e involucrar a pacientes y sus acompañantes”.

“A la persona que va a parir se la debe escuchar y se le debe explicar todo lo que pasa antes, durante y después del parto, de forma clara y accesible según sus conocimientos, incluyendo lo que podría llegar a suceder y cómo debería proceder el profesional de la salud en caso de una urgencia. Respetarla supone también fomentar la presencia de alguien que la acompañe y la ayude a comprender. Este ida y vuelta, favorece al paciente y facilita la labor médica”, sostuvo Didia.

Según datos de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), hasta el siglo XIX, el nacimiento se consideraba un acontecimiento que tenía lugar en el ámbito doméstico y comunitario, generalmente con el apoyo de mujeres capacitadas, así como de los seres queridos y la familia de la persona gestante.

A lo largo del tiempo, los avances científicos y tecnológicos han facilitado el manejo de potenciales complicaciones durante el parto. En este contexto, la institucionalización del parto en países alrededor del mundo se ha convertido en una estrategia de salud pública fundamental para reducir la morbimortalidad tanto materna como neonatal.

Sin embargo, esto también implica la obligación de seguir enfocando en las personas que viven este momento único y trascendental en la existencia humana. Por tanto, proteger los procesos de nacimiento equivale a proteger a las familias, situándolas en el punto óptimo para iniciar una crianza cargada de sensibilidad y amor.