Detuvieron a Enrique Bonavita, quien fiscalizaba obras en construcción, señalado como el director de obras que no firmaba.
Se pudo confirmar que Jorge Enrique Bonavita, el arquitecto detenido en la mañana de ayer sábado por la causa que investiga el derrumbe del apart hotel Dubrovnik, se desempeñaba también como bombero voluntario. Este último es, precisamente, el mismo oficio de las centenas de rescatistas que desde el martes trabajan incansablemente removiendo las toneladas de escombros con el propósito de encontrar a las personas que quedaron allí atrapadas tras la caída de la mole de diez pisos sobre Avenida 1 entre Paseo 103 y Avenida Buenos Aires.
Ahora la fiscal Verónica Zamboni investiga si el desmoronamiento que hasta el cierre de esta edición se había cobrado tres vidas y tiene atrapadas al menos a cinco personas bajo sus ruinas, fue por impericia o negligencia de él.
Jorge Bonavita tiene 55 años y nació en Dolores, aunque luego de recibirse en la Universidad Nacional de Mar del Plata se mudó a General Madariaga, ya que su esposa es oriunda de allí. En esa ciudad ingresó al cuartel de Bomberos Voluntarios en 2004 y dos años más tarde juró como tal en el inicio de una carrera que actualmente lo ubica en el rango de Ayudante Mayor.
También reportó como supervisor municipal, tal como indica una publicación del sitio web de Obras y Servicios Públicos de Madariaga en relación a la construcción del jardín maternal de ese distrito. Y en la actualidad da clases en la orientación Maestro Mayor de Obra de la Escuela Técnica 1, donde solía llevar a sus alumnos a ver construcciones para realizar “diferentes observaciones donde articularon la teoría y la práctica”, según consignó la cuenta oficial de Facebook de ese colegio en una publicación del 29 de abril pasado.
La relativa cercanía de Madariaga con Villa Gesell –50 kilómetros por las rutas 74 y 11– le permitió con el tiempo al arquitecto dolorense comenzar a dirigir obras en la localidad balnearia que aún permanece estremecida por una tragedia inédita en sus casi 95 años de historia. La sospecha que tiene Zamboni a partir de distintas declaraciones testimoniales es el que Bonavita era quien dirigía al menos una de las dos obras que se estaban realizando en simultáneo en el apart hotel Dubrovnik, aunque por un motivos que aún resta dilucidar, no firmaba ninguna de ellas. La distinta documentación a la que pudo acceder la fiscal demuestra que los trabajos se continuaron incluso a pesar de que la Municipalidad había ordenado detenerlos hacia fines de agosto, lo cuál también podría complicar a los funcionarios que no velaron por el cumplimiento de dicha restricción.
Según declaró Sergio Daniel Paco (uno de los cinco albañiles detenidos y quien a su vez fungía de capataz), él mismo y en persona firmó el acuse de recibo de esa carta de paralización de obra enviada por el Municipio. Aunque cuando se la transmitió a sus superiores, la respuesta fue: “No paremos hasta que venga una orden de arriba”.
Por encima de Paco estaba una arquitecta a quien el capataz identificó como María Paula. En efecto, se refería a María Paula Lagana, profesional de la ciudad de Mar del Plata y encargada de una de las dos obras del Dubrovnik. La otra, en tanto, la dirigía Martha Pérez Schneider, quien reside en Villa Gesell y es actualmente delegada del Colegio de Arquitectos de esa Ciudad, aunque anteriormente se había desempeñado como Secretaria de Planeamiento del distrito administrado desde 2004 por el intendente Gustavo Barrera. Este último dato reviste cierto interés para la causa, toda vez que permite indagar sobre una posible complicidad entre estas obras y la Municipalidad que debía controlar la habilitación de las mismas.
La duda que por estos momentos flota con especial densidad es porque Bonavita es señalado como el director de obras que no firmaba. Al menos en lo administrativo, y tal como consta en varios documentos, esa responsabilidad recaía en María Paula Lagana y Martha Pérez Schneider, quienes a diferencia del arquitecto dolorense todavía gozan de libertad pero con el expreso pedido de la fiscal Zamboni de que deben ponerse a disposición de la justicia y no pueden abandonar el país. La misma medida fue aplicada para Antonio Arcos Cortés, el titular de la firma Parada Liniers S.A. que compró el Dubrovnik a fines de la temporada de verano pasada, y al resto del directorio completado por cuatro personas más.
Lo que se intenta investigar también es si el derrumbe se produjo por fallas en algunas de las dos obras simultáneas o si en verdad fue consecuencia de problemas edilicios anteriores. Jorge Bonavita es el sexto detenido por la causa caratulada como “estrago culposo agravado” y fue trasladado a una alcaidía en Dolores, su ciudad de nacimiento, a la espera de ser citado vía Zoom por Verónica Zamboni, aunque el diario El Mensajero de la Costa de Madariaga anticipó que se negará a declarar. Mientras el también bombero espera el destino de su suerte procesal, más de 300 colegas suyos siguen buscando cuerpos debajo de los escombro.
FUENTE : PAGINA 12