Más de 100 familias se reunieron en Mar del Plata para la primera capacitación de “Familias Solidarias Colibrí”

En Mar del Plata, más de un centenar de familias dieron hoy el primer paso hacia una experiencia única: brindar amor, contención y hogar a niños que atraviesan momentos difíciles. Se trata de la primera capacitación del proyecto “Familias Solidarias Colibrí”, una iniciativa impulsada por el Hogar Mahatma y liderada por su directora, Giselle Continanzia, en el marco de la ONG Poniendo el Alma.

El programa busca ofrecer una alternativa afectiva a la institucionalización prolongada de niños de 0 a 11 años que se encuentran bajo medidas de protección. La propuesta consiste en que familias voluntarias acompañen de forma temporal —por tres meses, con posibilidad de prórroga— a niños y niñas que actualmente viven en el Hogar Mahatma.

“Lo que queremos es que estos chicos, que muchas veces pasan largos periodos en hogares, puedan experimentar lo que es el cariño de una familia, aunque sea por un ratito”, explica Continanzia.

La medida es transitoria, pero el impacto puede ser duradero. Durante este tiempo, los niños continúan bajo la supervisión judicial y del equipo técnico de la ONG, mientras se define su situación familiar definitiva. Algunas historias derivarán en la reintegración con su familia de origen, y otras abrirán el camino hacia la adopción.

Continanzia subraya que el espíritu del programa no es adoptar, sino acompañar. “Es fundamental que las familias comprendan que los niños no les pertenecen. Su rol es ser un puente, un refugio amoroso en medio del tránsito por el sistema”, señala.

El proyecto está abierto a todo tipo de familias: parejas heterosexuales, del mismo género o personas solas. Los requisitos incluyen ser mayor de 25 años, no tener antecedentes penales ni deudas alimentarias, y sobre todo, tener la disposición emocional para acompañar a un niño durante una etapa sensible de su vida.

Durante la convivencia, las familias cuentan con el acompañamiento constante del equipo de Poniendo el Alma, que brinda orientación y contención emocional. “Lo más importante es que puedan amar sin querer quedarse. Que comprendan que su presencia deja marcas hermosas aunque sea breve, porque el amor que se da con conciencia nunca se pierde”, agrega la directora.

“Familias Solidarias Colibrí” pone el foco especialmente en los niños más grandes, quienes muchas veces expresan el deseo de tener una familia, de ser esperados, escuchados, abrazados.

Hoy, con más de 100 familias reunidas en esta primera jornada de formación, Mar del Plata dio un paso significativo hacia una red de cuidado que promete cambiar muchas infancias —y también muchas vidas adultas— para siempre. “Cuando uno le pierde el miedo a la historia del otro, se pueden hacer cosas grandiosas”, concluye Continanzia.

FUENTE : AHORA MAR DEL PLATA