El investigador Miguel Ponce contó cómo es el sistema que salva vidas pero que todavía no se aplica en la Argentina.
La llegada del frío lleva cada año a pensar en la problemática de las intoxicaciones por monóxido de carbono y los avances tecnológicos que permitirían evitarlas. En ese marco, un grupo de investigadores de Mar del Plata creó un novedoso sistema hace más de una década que aún no se aplica en el país.
«Desarrollamos una llave disyuntora que, cuando hay pérdida de metano y se produce una explosión o una mala combustión (que es la generación de monóxido de carbono), corta el ingreso de gas. En 2007 comenzamos el proceso de creación de patentes que fueron otorgadas en 2012 al Conicet y la Universidad. Desde allí, hubo muchos avances en todo el mundo que hoy deberíamos tener acá«, contó a 0223 Miguel Ponce, director del grupo de investigación.
El sistema pensado hace 20 años ya se fue adecuando en el mundo con las nuevas tecnologías. Hoy los nuevos sensores permiten censar los ambientes con detectores de gases y tomar decisiones a través de georreferenciamiento. «Vos elevás la información a la nube y la referencia permite analizar el lugar donde tenés el artefacto de gas con una precisión de un metro, y saber si va a haber un accidente y en qué momento», detalló Ponce.
En ese marco, el investigador realizó una charla en el Colegio de Martilleros para mostrar qué sistemas se están usando en el mundo y cómo implementar la prevención de accidentes con este método. Actualmente, con un circuito integrado inteligente, se pueden tomar decisiones en casos de emergencia, no sólo con el corte de gas, sino también con la abertura de una ventana o una puerta que eviten la intoxicación.
«Se pueden cargar los números de celulares y si hay monóxido de carbono, automáticamente te avisa qué cantidad tenés o el lugar donde se está georreferenciando el riesgo. Hoy no hay nada de eso en Argentina», manifestó.
La falta de adecuación de la normativa y el poco interés de las empresas en la fabricación del producto a nivel nacional generan que no se aplique en el país un sistema que puede salvar muchas vidas.
«Argentina está 20 pasos atrás, todavía es obligatorio el uso de alarmas de los años 80. No es una cuestión de costo solamente sino también de costumbres y cultura», remarcó Ponce aunque estimó que «tarde o temprano va a llegar».
Las cifras alarman
Para Ponce, los números de muertes e intoxicaciones por monóxido se mantienen desde hace años y no varían. Según señalan desde el Ministerio de Salud de la Nación, hay un promedio de entre 200 y 250 personas fallecidas por año debido a este problema.
Con respecto a los intoxicados, se registran más de 25.000 cada año, sin contar la cantidad que no se reportan porque desconocen que los síntomas corresponden a esta condición.
«Una intoxicación por monóxido de carbono a veces se puede confundir con un mareo, una mala ingestión o una gripe. Entonces solamente se toma consideración de esto cuando el paciente va al hospital y se detecta que tiene carboximoglobina por medio de un examen de sangre. Por eso está tan subestimada la cantidad de accidentes», explicó el especialista.
En ese sentido, manifestó que hay muchos indicios previos en el cuerpo para saber de antemano que se está ante un peligro de intoxicación.
«Lo que hay que hacer es adecuar el parque de gasodomésticos porque las fuentes de emisión de gas que hay en el hogar no están controladas (como sí sucede en el auto con la VTV)», indicó Ponce.
En este caso, la aplicación de la normativa vigente resulta fundamental. «La primera adecuación grande fue la que hizo el Municipio en 2014, pero ya pasaron 10 años. Actualmente hay una legislación que obliga al uso del sistema: la ley n° 24076 dice que Enargas tiene que obrar en función de los avances tecnológicos y cuidar las medidas de seguridad para proteger al usuario. Sólo falta aplicarlo», resumió.
FUENTE : 0223